NO PODÍA TENER NADA CONTRA MÍ. NO ME CONOCÍA ANTES.
Me quede petrificada en la silla, contemplando con la mirada perdida como se iba. Era realmente mezquino. No había derecho. Empezé a recoger mis cosas muy despacio mientras intentaba reprimir la ira que me embargaba, con miedo a que se me llenaran los ojos de lágrimas. Solía llorar cuando me enojaba, una costumbre humillante.
1 comentario:
jeje si Obvio es mas practico y nO se gasta tnto....pOrq no aprenden d nOsotras ay dberas...jeje...saludOs Lari Roget!!
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